Rosalina Tuyuc, activista indígena del pueblo maya de Guatemala, nos habla de la resiliencia de los pueblos indígenas.
- Por Dra. Myrna Cunningham, Presidenta del Consejo Directivo del FILAC
Los pueblos indígenas poseen un importante acervo cultural, social, espiritual, que sostiene su resiliencia ante diversos fenómenos. Por ello, las organizaciones de los pueblos y de las mujeres indígenas han insistido, una y otra vez, en la necesidad de una lectura intercultural, que considere la realidad del mundo en el cual convivimos múltiples culturas, las cuales tenemos mucho que aportar hacia un desarrollo humano sostenible e inclusivo.
Las mujeres indígenas han demostrado un papel protagónico en la tarea de preparar y ejecutar respuestas en la COVID 19, en materia de sistemas de salud indígena. Ellas han estado al frente de la recuperación y revitalización de conocimientos tradicionales, prácticas ancestrales, de potenciar el uso de plantas para usos preventivos y curativos, entre otros.
Lo mismo ha ocurrido en la trasmisión y revitalización de los idiomas indígenas, en prácticas de intercambio productivo y comercial, entre otros aspectos.
La hermana Rosalina Tuyuc del Pueblo Maya de Guatemala, señaló al respecto, durante una entrevista realizada por el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe (FILAC):
“Es muy importante que la práctica espiritual la podamos llevar a cabo, porque los seres humanos no solo somos de materia, necesitamos la práctica espiritual para alimentar nuestro espíritu, nuestro ser”, dijo.
Resaltó que según los principios de la cosmovisión maya, para estar en equilibrio y armonía no solo con nosotros mismos, sino con todo lo que nos rodea, es necesario mantener ese equilibrio entre la parte natural, la social y la espiritual. Cada persona necesita este complemento para “vivir bien” o para “estar bien”.
Espiritualidad y nuevas generaciones
Tuyuc resaltó que desde la concepción de un nuevo ser traemos esa conexión espiritual y también cuando ya crecemos como niños, niñas o como adolescentes, igual se va adquiriendo toda esa parte espiritual desde el vientre materno. Adquiere una energía cuando nace y otra energía que lo guiará al futuro.
“Desde nuestra madre cuando somos engendrados, ella nos conecta con la música, con el arte, con la comida, con la parte espiritual, hasta que nos desarrollamos”, mencionó.
Asimismo, mencionó que siempre se debe escuchar a los ancianos, a las ancianas o investigando por qué el movimiento de la tierra, por qué el movimiento del aire, o por qué somos parte de esta naturaleza”.
Espiritualidad, plantas medicinales y salud
La activista indígena, Rosalina Tuyuc, también dio a conocer que los pueblos indígenas logran salir siempre adelante conectándose con la madre tierra, con el agua, con la música, con los bosques; conociendo y sembrando todas las plantas medicinales que son las que están a nuestro alcance y que nos dan confianza, ya que toda la medicina química si nos puede ayudar una parte, pero va a provocar daños en nuestro organismo.
Lo ideal es que hoy la juventud pueda dedicarse al tema de la medicina natural y muchas otras plantas que nos ayudan a tener salud. Todos los conocimientos ancestrales son más que prevención, y ayudarán a evitar que lleguemos a otras enfermedades.
A pesar de amenazas, la espiritualidad sigue viva
Según Tuyuc, la amenaza a las prácticas espirituales comienza desde el colonialismo que ha existido en cada etapa de la vida de nuestros pueblos, donde siempre se ha condenado a la espiritualidad de los pueblos indígenas, diciendo que: “es vago, que no sirve”. Esa colonización lleva siglos, pero la espiritualidad sigue viva”.
“Pero igual podría a veces ser la amenaza también desde las comunidades, cuando un abuelo o una abuela habla de cultura, la misma comunidad está en contra de ello; entonces constantemente vivimos en un acoso, bajo una amenaza o una persecución, bajo señalamiento y creo que eso nos hace sentirnos también en soledad. A pesar de ello creo que nuestra espiritualidad está viva gracias a la resistencia, gracias a la tolerancia que a veces se actúa frente a esa otra forma de violencia contra nuestros pueblos”.
Juventud que no conoce su cultura esta condenada a morir
Tuyuc también resaltó que la juventud de hoy que no conoce su cultura está condenada a morir y por lo tanto las y los jóvenes necesitan buscar información con las abuelas, abuelos y saber de dónde venimos, saber la historia de las comunidades. “Se necesita indagar mucho sobre la historia del colonialismo, y sobre nuestra espiritualidad, saber que esta no es una religión como cualquier otra religión que existe, sino la responsabilidad muy grande, es también importante que existan los diálogos intergeneracionales”, aseveró.
Concluyó su intervención dando un mensaje a las juventudes indígenas, como lo es el practicar los principios de respeto, escucha, observación, silencio y agradecimiento, porque muchas veces no somos seres agradecidos. Entonces necesitamos ser seres agradecidos con el universo, con nuestros padres, con todos los mayores, de quienes escuchamos alguna palabra que alienta, que nos da fuerza, que nos da energía y que nos ayuda también a transformar.
“Yo invito a la juventud que no solo nos quedemos con el pedazo que defendemos, sino aprendamos a practicar la solidaridad fuera de la familia, fuera de la comunidad, fuera de nuestros países. Hoy estamos en un mundo lleno de odio, de racismo, de desigualdad; es necesario ser natural y para ser natural necesitamos vivir en la naturaleza, defender la naturaleza, protegerla, porque si yo protejo un cerro, un río, estoy cuidándola para que esto tenga vida y protegiéndola para los que aún no han nacido”, aseveró.
Cabe resaltar que desde tiempos milenarios los saberes ancestrales de los pueblos indígenas cuidan, desde la medicina ancestral y la espiritualidad profunda el caminar de este mundo. Hoy en día constituyen una herramienta de cuidado, resistencia y sobrevivencia, componente esencial de la identidad cultural, que ha pervivido a través de los siglos, gracias a los guardianes de estos saberes que permanecen en las comunidades indígenas.